¿Qué es la custodia compartida? Es un sistema legal en el que ambos progenitores, tras una separación o divorcio, se reparten de forma equitativa el tiempo de convivencia con sus hijos.
Existen diferentes formas de organizar la custodia compartida, adaptándose a cada familia según sus circunstancias y necesidades.
Los hijos cambian de domicilio en función del progenitor que tenga la custodia en cada periodo. Requiere coordinación y una buena relación entre los padres para evitar impactos negativos en los menores.
Los padres se turnan para vivir en la vivienda familiar, mientras los hijos permanecen siempre en la misma casa. Favorece la estabilidad de los menores, aunque puede ser más exigente para los adultos.
Este sistema combina ambos anteriores: los progenitores alternan la vivienda habitual, pero también usan otra residencia cuando no les corresponde la custodia. Es flexible, pero requiere planificación y compromiso.
La custodia compartida beneficia tanto a los hijos como a los padres, ayudando a mantener relaciones equilibradas y saludables.
Para que funcione bien, la custodia compartida necesita ciertas condiciones tanto personales como familiares.
Antes de decidir, es importante valorar si la custodia compartida es lo mejor para tus hijos y para la dinámica familiar. Este modelo ofrece una alternativa justa al reparto tradicional, buscando el equilibrio y la participación equitativa de ambos padres.
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